Cuando pensamos en calefacción, solemos asociarla con la tecnología actual. Sin embargo, el concepto de calefacción por suelo radiante tiene una historia fascinante que se remonta a más de 2,000 años. Este sistema, considerado hoy una de las opciones más eficientes y sostenibles, tiene su origen en la ingeniería de la Antigua Roma.
El Hipocausto: Calentando un Imperio
Entre los siglos I y II d.C., los romanos revolucionaron la calefacción con el hipocausto. Este sistema funcionaba con un horno (praefurnium) que quemaba leña o carbón fuera del edificio. El aire caliente circulaba por cámaras bajo el suelo, que se elevaba sobre pilares, y subía por tubos de barro en las paredes. El resultado era una distribución uniforme de calor en todo el espacio, algo increíble para su época.
Aunque era un lujo reservado para las clases altas y los edificios públicos, su uso estaba muy extendido. Los hallazgos arqueológicos en toda Europa demuestran la sofisticación y el ingenio de este sistema romano.
La «Gloria» Española: El Renacer del Calor en la Edad Media
Durante la Edad Media, el principio del hipocausto resurgió en España con un sistema llamado «Gloria». Con un concepto similar, el fuego se encendía en un sótano dentro de la casa. El calor ascendía a través de conductos subterráneos, calentando las estancias principales.
Curiosamente, esta tradición aún perdura. En algunas localidades de Castilla-La Mancha, vecinos han restaurado sus antiguas «Glorias» para calentar sus casas con unos pocos troncos, demostrando la increíble eficiencia y durabilidad de este método ancestral.
El Piso Radiante Moderno: Tradición e Innovación en Armonía
Hoy, el piso radiante moderno ha perfeccionado este legado histórico. En lugar de aire caliente o humo, utilizamos una red de tuberías por las que circula agua caliente, generada por una caldera eficiente. Este circuito calienta el suelo de manera suave y gradual, distribuyendo el calor de forma óptima por toda la vivienda.
Las ventajas de la calefacción por piso radiante actual son notables:
• Temperatura uniforme y sin molestas corrientes de aire.
• Mayor libertad de diseño, ya que no se necesitan radiadores.
• Alta eficiencia energética y compatibilidad con sistemas de energías renovables.
• Control total sobre la temperatura por zonas con termostatos inteligentes.
Este sistema no solo ofrece un confort térmico superior, sino que también es una opción responsable con el medio ambiente y con tu bolsillo.
Un Legado Duradero
Desde los hipocaustos romanos hasta los sistemas hidráulicos actuales, el piso radiante ha demostrado ser una solución de calefacción eficiente, duradera y adaptable a través de los siglos. Es un claro ejemplo de cómo una gran idea del pasado puede ser perfeccionada con la tecnología moderna para seguir calentando nuestros hogares con la misma eficacia.